Cinco años después de que Ellen Johnson-Sirleaf fuera elegida presidenta de Liberia, parece que hay una campaña sistemática para convencer a las mujeres africanas de que su lugar es la cocina.
Un aviso que se difunde en la televisión pública y privada de Zambia, muestra a un hombre arrastrando a su esposa hasta el jefe de la aldea y quejándose de que ella no sabe lavar la ropa.
“Esta mujer no sabe cómo se lava. Y usted entiende qué significa eso para un hombre como yo en esta aldea”, dice el hombre.
“¿Qué?”, pregunta el jefe.
“Necesito el divorcio”, responde el hombre.
“En nuestra tradición no hay manera de que una mujer no sepa lavar. Jovencita, usted está destruyendo su propio hogar”, dice el jefe, reprendiendo a la muchacha.
Entonces, la esposa del jefe intercede en nombre de la joven y le presenta un nuevo detergente que solucionará todos sus problemas. Así, la pareja vive feliz hasta el fin de sus días.
Otro aviso empieza en un tono diferente, mostrando a un hombre que lava la ropa. La primera vez que lo vi pensé: “Por fin, esto marca un equilibrio”. Hablando en lengua bemba, el protagonista dice: “Lo que me sorprende es que seamos los hombres los que sepamos tanto sobre detergentes. Ahora no hay por qué casarse”.
Además de degradar el lugar que ocupan las mujeres en la sociedad zambiana, esta publicidad está notoriamente alejada de la vida real.
“El mundo ha avanzado. Mis hermanos lavan la ropa en casa”, dijo Jesinta Kunda. “Los dos anuncios dan la impresión de que solamente lo hacen las mujeres”.
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http://periodismohumano.com/mujer/la-publicidad-contra-las-mujeres-en-zambia.html
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