Dejar de ser niña para ser madre, a los 10 años

Natalia Quiroga/Save the Children
http://www.canalsolidario.org/

La noticia ha ocupado los titulares de los medios de comunicación esta semana. Una niña de 10 años daba a luz a un bebé en Jerez de la Frontera, un hecho que ha despertado el estupor y el debate entre la opinión pública. ¿Deja una niña de ser niña para convertirse en madre?





Cuando las niñas se convierten en madres sin estar preparadas para ello desde el punto de vista físico y emocional, las consecuencias son, la mayor parte de las veces, trágicas: muchas niñas mueren durante el parto, un número aún mayor de sus hij@s recién nacidos mueren y aquellas madres jóvenes y sus hij@s que logran sobrevivir a menudo tienen que enfrentarse a malas condiciones sanitarias, un nivel de educación limitado y la pobreza más absoluta. Por otro lado están las consecuencias emocionales y sociales ya que, de manera prematura, estas niñas tienen que responder a las necesidades y cuidados de otro menor de edad.



En todo el mundo, uno de cada 10 partos es protagonizado por una madre que aún es niña. Aunque África es el continente en el que se localiza el mayor riesgo de una maternidad prematura (con Níger a la cabeza del ranking) el mundo desarrollado no se queda al margen del problema.



Entre los países industrializados, Estados Unidos cuenta, con diferencia, con la mayor tasa de maternidad entre adolescentes. Aunque la tasa de nacimientos de hij@s de madres adolescentes ha disminuido en Estados Unidos durante la última década, sigue siendo significativamente más alta que en cualquier otro país industrializado, alcanzando un porcentaje dos veces y medio mayor que en el Reino Unido, 10 veces mayor que en los Países Bajos o Japón y superando 17 veces la tasa de nacimientos de la República de Corea.



En España, los datos del Instituto Nacional de Estadística indican que en el año 2008 178 niñas menores de 15 años se convirtieron en madres. Entre el año 2000 y el 2008 (el último para el que existen datos actualizados), un total de 1.290 niñas menores de 14 años dieron a luz en nuestro país.




¿Puede considerarse delito?

En España, la legislación establece los 13 años como la edad legar para que el consentimiento de mantener una relación sexual tenga validez.
En Rumanía (país del que procede la niña) el límite se eleva a los 15 años. Aunque los familiares de la niña han manifestado que la relación con el padre del bebé era consentida (lo que ya supone una negligencia), la situación podría considerarse como abuso, aunque la niña y la familia no lo perciban de este modo. La particularidad que presenta este caso es que, supuestamente, la persona con la que la niña mantuvo relaciones sexuales también podría ser menor de edad.



Quedan muchos puntos por aclarar en el suceso y, por eso, nuestra compañera Liliana Orjuela, del departamento de incidencia política, insiste en que los servicios sociales deben efectuar un estricto seguimiento, tanto de la familia, como de la menor y el recién nacido, para promover la protección real y efectiva que corresponde a su edad y desarrollo. Según han apuntado, tanto Fiscalía, Junta de Andalucía y Ayuntamiento están investigando la situación de la menor y su familia, que no constan en los registros municipales ni han realizado nunca, según el Ayuntamiento, una demanda de asistencia.



“No se le puede quitar a la familia la custodia de la niña y del bebé sin más”, apuntó Orjuela, pero está claro que “necesitan protección y el máximo apoyo”. Aunque la familia asegura que la pareja ya mantenía una relación estable en su país y que allí no es algo tan cuestionable, en opinión de Orjuela “ni el entorno ni la cultura pueden ser una justificación de lo ocurrido, pues por encima de las tradiciones está la Convención de Derechos del Niño, que tanto España como Rumanía han ratificado”.



Dejar de ser niña para ser madre. Causas y consecuencias, o viceversa.

Un bajo nivel educativo puede ser tanto la causa como una consecuencia de la maternidad entre adolescentes. Niñas que no van a la escuela se convierten con mayor probabilidad en madres a una edad peligrosamente temprana. Al mismo tiempo, aquellas niñas que sí van a la escuela pero contraen matrimonio siendo muy jóvenes o se quedan embarazadas, suelen abandonar la escuela.



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