Amnistía Internacional (AI) denunció los múltiples abusos que se cometen contra las mujeres en la Unión Europea (UE) y reclama a la presidencia española de la UE que abogue porque el Observatorio europeo de Violencia de Género se ocupe de todos los tipos de violencia ejercida sobre mujeres y niñas, además de la que ocurre a manos de la pareja o ex-pareja.
El organismo exigió que el Observatorio sea un órgano independiente, con libertad para investigar y actuar. Entre los casos que se reclaman se encuentran la violencia sexual, la mutilación genital femenina y los matrimonios forzados.
AI precisa en un comunicado los datos recabados sobre las diferentes situaciones de violencia a la que se enfrentan las mujeres en los distintos Estados miembros.
En Lituania, a pesar de “los altos índices de violencia contra las mujeres”, la organización resalta que no existe una ley específica sobre la violencia de género, y esto produce la total desprotección de la mujer.
Al no contar con un marco de comprensión sobre las formas y las consecuencias de la relación entre víctima y agresor, las fuerzas de seguridad y las instituciones pueden llegar a considerar esta violencia como algo privado en lo que no tienen porqué intervenir.
La protección existente frente a la violencia sexual también conduce a situaciones difíciles de creer. “En Finlandia violar a una mujer que no puede defenderse, por estar dormida por ingesta voluntaria de drogas, por inconsciencia o enfermedad, conlleva menos pena y supone menos protección de la víctima”, informa.
Más grave es aún la legislación de Dinamarca, donde una mujer casada difícilmente puede probar una violación por parte de su esposo. En el caso de las mujeres drogadas, sólo se considera violación si el agresor es responsable de su estado. Allí, “el 60 por ciento de los casos de violación en los que la policía ha identificado a un sospechoso son archivados por la fiscalía y nunca se llevan a juicio”.
Situaciones similares se dan por toda la UE. En Reino Unido unas 80 mil mujeres son víctimas de violación o de intento de violación cada año. En Hungría la víctima tiene que demostrar haber opuesto resistencia física durante la agresión para ser considerado un delito.
Además, una de cada cuatro víctimas de violaciones en Suecia era menor de edad, y una de cada dos en Dinamarca tenía menos de 20 años. El 15 por ciento de las menores de edad en Holanda manifiesta haber sufrido algún tipo de abuso sexual por parte de familiares.
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