En el día que muchos celebramos el día del Padre, queríamos hacer un homenaje a todos aquellos padres que viven en países en donde la realidad expone sus vidas a enormes y difíciles retos. Para ellos y también para vosotros, felicidades.
Cada año, más de 500.000 mujeres mueren por causas relacionadas con el embarazo y el parto. Más del 99% de estas muertes se produjeron en los países en desarrollo y la gran mayoría en África y Asia.
Como consecuencia de esta horrible situación, cada día, muchos padres se quedan solos frente al cuidado de sus hijos. Y esta realidad, agrava otro escenario ya de por si complicado, el de la mortalidad de niños y niñas menores de cinco años. Según reivindicamos en nuestra campaña Todos contamos, en todo el mundo, cada año 10 millones de niños mueren antes de cumplir su quinto cumpleaños.
En el Día del Padre, queremos recordar y hacer un homenaje a Andel, Ramadan, Safari, Gnohou, Aashish, Hamidulla y Kamera. Todos son padres que viven precisamente allí donde las estadísticas son más severas, donde la realidad es más dura pero donde, ser padre, significa lo mismo.
Safari, en la República Democrática del Congo, se reecontró con su hijo después de dos años.
Safari estaba trabajando en la tierra cuando un grupo militar atacó su poblado, Katsiru, en la República Democrática del Congo. “Mientras huía, pasé por nuestra casa pero Jibu no estaba allí”, nos cuenta. “La intensidad de los disparos era cada vez más fuerte y sonaba cada vez más cerca, y no tuve tiempo para buscarle. Mi mujer y yo estuvimos en un campo de desplazados hasta que mejoró la situación de seguridad y pudimos volver a casa. Pero nuestra casa parecía vacía sin mi hijo. Pensaba en él todo el tiempo. Me llevó mucho tiempo tratar de convencerme de que ya nunca más tendría un hijo”.
Aquel día, Jibu, al contrario que muchos otros niños y niñas separados de sus familias en la República Democrática del Congo, tuvo mucha suerte. “Aquel día estaba en casa mientras mis padres trabajaban en la huerta. Ví a mucha gente salir corriendo. Alguien me gritó y me dijo que fuese con ellos. Todo el mundo corría por la carretera y yo sólo les seguía sin saber a donde ir.” A Jibu le acogió una mujer que, durante los dos años que estuvo lejos de sus padres, actuó como una madre de acogida.
El conflicto recurrente en la República Democrática del Congo y que estalló de nuevo el pasado año, es una de las peores emergencias en Africa. La guerra ha provocado en torno a más de tres millones de muertes, bien como resultado directo de los enfrentamientos o bien como consecuencia de las enfermedades y la desnutrición.
Abdel Rahim , en Egipto, asiste a clases de salud infantil con su mujer. Ramadán ha perdido ya cuatro hijos....
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