María Consuelo Mejía Piñeiros, “Jesucristo fue el primer feminista de la historia”

Entrevista a María Consuelo Mejía Piñeiros, Fundadora de Católicas por el Derecho a Decidir, México.


“El Código Canónico contempla numerosas excepciones para la excomunión por el aborto y esas consideraciones cobijan a todas las mujeres que tienen aborto en América latina”, afirma la mexicana Mejía Piñeiros, quien ha recibido numerosos premios internacionales por la defensa de los derechos humanos de la mujer.

–¿Cómo puede ser católica y feminista?




–Jesucristo fue el primer feminista de la historia.



–¿Cómo dice?



–Cuando indagás un poco y quitás la costra de la intolerancia que la jerarquía católica ha construido sobre el mensaje básico de Jesús y de los Evangelios, te das cuenta de que hay otras cosas. Por ejemplo, Jesús mostró en su vida pública que las mujeres para él eran importantes. Rompió con muchos estereotipos de su época. Por ejemplo, se acercó a la hemorroísa, la mujer que sufría de flujos de sangre desde hacía doce años y la curó. En aquel entonces la menstruación era un signo total de impureza. Las mujeres menstruando no podían ir al templo. Había toda una serie de tradiciones en relación con eso. Jesucristo rompió con todo eso y estableció un diálogo con la hemorroísa. Se acercó también a las prostitutas. Pero digo que fue el primer feminista de la historia sobre todo porque tenía un mensaje de misericordia, de compasión, de bondad, de igualdad. Desde Católicas por el Derecho a Decidir encontramos esa raigambre y luego nos damos cuenta de que hay postulados de la Iglesia Católica como el de la libertad de conciencia y los juntamos con los postulados básicos del feminismo y concluimos que, si como dice la misma doctrina, fuimos creadas a imagen y semejanza de Dios, con capacidad para discernir y para el libre albedrío, no estamos hablando de personas que no tengan la posibilidad de tomar los derechos que defiende el feminismo. Feminismo y catolicismo obviamente son una mezcla explosiva porque desde el feminismo estamos cuestionando muchas cosas que se están planteando como si fueran las únicas posibles en la Iglesia Católica, cuando no se trata de doctrina.



–¿En base a qué argumentos pueden los católicos convencerse de que no son malos creyentes si apoyan la despenalización del aborto?



–El argumento fundamental es la confianza en la autoridad moral de las mujeres para tomar esas decisiones y el convencimiento de que la maternidad tiene que ser voluntaria, que la violencia y la desigualdad están causando embarazos que las mujeres no buscan, no quieren, no planean. Y que una mirada misericordiosa y caritativa de la vida tiene que permitirles por lo menos decidir si quieren traer una criatura al mundo o si tienen derecho a interrumpir un embarazo que no buscaron. Hay otros argumentos al interior de la misma doctrina como por ejemplo que el Código de Derecho Canónico, que es la ley interna de la Iglesia, establece eximentes de culpabilidad a la máxima pena que aplica el mismo Código. El Código de Derecho Canónico solamente considera dos crímenes que son sujetos de la aplicación de la pena de excomunión inmediata: el intento de matar al Papa y el aborto. Pero en los cánones 13.23, 13.24 y 13.25 dice que ante determinadas circunstancias esa pena no se aplica: de plano deja de considerar el aborto como delito y el intento de matar al Papa, cuando la persona era menor de 16 años, cuando actuó por miedo, por culpa o porque pensaba que con esa acción prevenía un mal mayor, cuando ignoraba que estaba infringiendo una ley. Estas consideraciones cobijan todos los abortos que tienen las mujeres por lo menos en América latina. Esa situación que la gente no conoce, porque la jerarquía se ha encargado de que no sea tan público, es un argumento bastante convincente para tomadores de decisiones. Hay que recordar que no hay dogma en las enseñanzas morales, y que la misma doctrina católica contempla la libertad de conciencia y el probabilismo.



–¿Qué es el probabilismo?



–Es un principio que se desarrolló cuando la reforma de Lutero. Por entonces se generó un movimiento al interior de la Iglesia, que es tan grave y tan delicado como el que está habiendo ahora con el tema del abuso sexual, y no había ninguna certeza. Ese principio dice: cuando hay duda frente a las enseñanzas morales, hay libertad. No se pueden imponer los preceptos morales. Es muy importante tomar en cuenta lo que fue el Concilio Vaticano II. Nosotras surgimos un poco por eso: es un llamado al laicado para que participe más en los designios de la Iglesia, es un reconocimiento de que la ciencia tiene un papel que jugar, que la teología no lo resuelve todo, es una aceptación de que no solamente la Iglesia Católica es la vía de la salvación. El Concilio Vaticano II también da una base para hablar del derecho a decidir de las mujeres católicas a interrumpir un embarazo.


LEER `MÁS ...

Del blog,
Palabra de Mujer

1 comentario:

Unknown dijo...

Para María Consuelo Mejía





Mi opinión es para ese grupo de personas que se auto nombran grupo Católico: Yo estoy de acuerdo que las mujeres decidan de su cuerpo, pero quien va a decidir de una criatura inocente e indefensa?
La vida empieza al momento de la fecundación y no a los meses después.
Yo llamo asesinato, pero asesinato doble porque lo hace su propia madre.
Yo creo que si ya están grandecitas para hacer actos sexuales también deberían estar consientes de los riesgos y responsabilidades, ya que hay muchos medios para cuidarse y no quedar embarazada.
Finalmente yo llamo: Crueldad, asesinato en primer grado.
Saludo señoras Católicas???????????????????????????????????





Jorge Lopez

Seguidores