Las mujeres que sufren cada año violencia física o psicológica por sus parejas en la Comunidad de Madrid podrían llenar dos veces el estadio de fútbol más grande de España, según un estudio en el que participa una investigadora de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
La idea de iniciar esta investigación surgió hace unos cinco años, tras constatar la falta de información sobre la violencia de género en la Comunidad de Madrid y su impacto en la salud de las mujeres víctimas. El estudio, el primero de este tipo que se realiza en España, se encuadra dentro de las acciones realizadas por la Comisión Técnica de acciones sobre violencia de género de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, que necesitaba datos concretos sobre la magnitud y los factores determinantes de esta problemática para orientar sus actividades de intervención.
Según los datos del estudio, publicado recientemente en el European Journal of Public Health, al menos el 10 por ciento de las mujeres que tienen o han tenido una relación en los últimos doce meses sufre algún tipo de violencia de género. En concreto, el 8,9 por ciento de las víctimas padece violencia psicológica; el 2,4 por ciento, violencia física; y el 1,1 por ciento, violencia sexual.
"A la vista de los resultados, 48.000 mujeres de la Comunidad de Madrid habrían sufrido violencia física en el año anterior al estudio y 150.000 habrían experimentado violencia psicológica", señala una de las investigadoras, María Durban, del Departamento de Estadística de la UC3M, que advierte que estos datos podrían quedarse cortos, puesto que las entrevistas telefónicas en las que se basa el estudio podrían subestimar la prevalencia debido a que algunas mujeres les preocupa su propia seguridad a la hora de responder a las mismas.
INTERPRETACIÓN DE LOS DATOS
Otras conclusiones que se desprenden del estudio es que la violencia de tipo psicológico es menos frecuente en mujeres entre los 25 y 39 años y más entre las mujeres separadas o divorciadas. Dado que la violencia psicológica es, en general, precursora de la violencia física, es necesario intervenir de forma preventiva en este contexto.
En el caso de la violencia física, la edad no es determinante, mientras que estar separada o divorciada es un factor de riesgo, así como estar desempleada. "Esto puede deberse a que las parejas violentas suelen aislar a las mujeres, impidiéndoles que trabajen fuera de casa", explicó la profesora Durban.
En cuanto a los factores socioeconómicos asociados de alguna forma a la violencia de género, el estudio indica que el más importante es el relativo a la ocupación. En este sentido, las mujeres cuyo puesto de trabajo exija tener una titulación universitaria, tienen un riesgo marcadamente inferior que el resto. Esto no se debe tan sólo a que se trate de una mujer independiente económicamente, señalan los investigadores, sino también a que tiene suficientes habilidades sociales como para utilizar los recursos sociales que hay a su alcance, de manera que está más protegida contra la violencia que el resto.
Para realizar este informe la Comisión organizó un grupo de trabajo en el que participaron distintos expertos en violencia de género, como psiquiatras, psicólogos, matemáticos y especialistas en prevención y promoción de la salud que diseñaron cómo realizar el estudio y evaluar el cuestionario.
Después se entrevistó telefónicamente a unas 2.000 mujeres, entre 18 y 70 años, que habían vivido en la Comunidad de Madrid en el último año y que tenían pareja o habían estado en contacto con sus ex-parejas en los 12 meses previos. En las entrevistas se les hacían preguntas sobre tres tipos de violencia de género (psicológica, física y sexual), así como otras relacionadas con su estatus socioeconómico (ocupación, nivel de estudios, nacionalidad, entre otros factores).
Durban ha colaborado en el análisis de los datos recopilados, para poder analizarlos de tal forma que se puedan obtener conclusiones fiables. "Esta es una de las tareas de un estadístico: buscar modelos adecuados para poder extraer la mayor información posible de una muestra", comentó. En este caso se han utilizado modelos de regresión logística multivariante que sirven para predecir la prevalencia de un determinado suceso (en este caso, la violencia de género) a partir de unas variables (los factores socioeconómicos y demográficos).
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