Elena Valenciano,No Sr. Munilla, con todo respeto, no había nada peor. NADA

La noche del terremoto en Haití y la siguiente no pude dormir. Como mucha gente, tenía metida en la retina el sufrimiento de ese pueblo. Y me desesperaba pensar lo poco que hago para luchar contra la fatal injusticia que es la pobreza.

Conocí Haití, pero aprendí a quererlo, como tantas otras realidades, a través de los ojazos y el trabajo de mi hermana pequeña, Marta. Es veterinaria y epidemióloga y siempre estuvo comprometida con la tarea científica a favor del desarrollo. Con ella y con Paloma -mi otra hermana- conocí Haití y a su gente. Cuando Marta se casó, hicimos tod@s una colecta para comprar vacas para las mujeres haitianas y estas noches me acordaba de ellas.

Durante mis insomnios no se me ocurría nada peor que lo que estaban viviendo los haitianos. El comentario de Munilla en la SER me pareció infame. Por eso, al levantarme muy temprano el viernes, escribí ese post que me salió, esta vez sí, del alma.

Las palabras de Munilla no son inocentes, no son sólo una torpeza. Traducen el absurdo pensamiento de la jerarquía católica española, alejada del sufrimiento de la gente y de su realidad. ¿¿¿Qué es peor la pobreza espiritual que la muerte de tanta gente inocente????
Y, acompañando esa cruel reflexión sus opiniones “oficiales” que machacan a los pueblos más dependientes y desasistidos: no al preservativo, no a las políticas de salud y sexualidad, no a la liberación de las mujeres, no al pensamiento laico, no a la iglesia de base ni a la teología de la liberación… Sí a la resignación cristiana para los pobres porque Dios les compensará en el otro mundo, etc.

Por eso me indignó lo que dijo, porque conecta con el mensaje más terrible de la Iglesia católica. Por que él es uno de los representantes de lo peor de esa Iglesia.
Muchas veces les escucho, lo pienso, y me callo, pero esa mañana no lo pude soportar.
Y esa es la historia del anterior post que tanta polvareda ha levantado. (Aprovecho para informar de que los comentarios que contenían insultos tanto hacia mí como hacia Munilla, no han sido editados.)

Del Blog de
Elena Valenciano

Elena Valenciano:
El obispo sin alma



Leer También:
http://mventana.blogspot.com/2010/01/haiti.html

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