Un fatal sentimiento de propiedad

Raquel y Alba tenían 18 años cuando fueron asesinadas.


La primera acababa de ser madre, la segunda estaba a punto de dar a luz. Ambas tienen más rasgos en común. Público ha rastreado 15 sentencias dictadas por asesinato en 2008 -en todo 2007 se dictaron 17, según datos del CGPJ- y ha reconstruido la historia de las víctimas y la relación que mantuvieron con sus verdugos. Los hechos se narran a partir de los extractos de las sentencias, sólo los nombres son ficticios.



Los patrones se repiten. Las muertes se suelen producir cuando ellas deciden poner fin a la relación y ellos no aceptan la ruptura. A menudo, esta no les parece definitiva. Las mujeres siguen viendo a sus agresores e incluso conviven con ellos, a pesar de haberles denunciado por maltrato y tener órdenes de alejamiento. Relajan la vigilancia y ellos aprovechan para matarlas, como denunciaba hace un mes el delegado del Gobierno para la Violencia de Género. El ensañamiento es otra constante en todos los crímenes.



Mercedes, 49 años"Vuestra madre ha salido a hacer unas gestiones y no ha vuelto"Mercedes y Hugo se separaron tras 32 años de matrimonio. Él la acuchillo, descuartizó su cuerpo y fingió que ella se había marchado.



Mercedes tenía cuatro hijos, dos chicos y dos chicas –todos mayores de edad– fruto de su matrimonio con Hugo. La pareja, ambos de nacionalidad española, había estado casada durante 32 años. Su matrimonio se fue deteriorando y en 2005 se separaron. Aun así, los dos decidieron seguir viviendo bajo el mismo techo, en su casa de Valladolid, aunque en habitaciones separadas y haciendo cada uno vida independiente del otro.



El divorcio les fue concedido por sentencia en 2006, pero “Hugo no logró asumir la nueva situación y surgieron discusiones respecto al precio del domicilio conyugal, amistades de ella o actividades que Mercedes realizaba fuera de casa”, según recoge la sentencia. Pese a estar ya divorciados, tenían una relación de confianza, según el testimonio de sus hijos: "Mercedes seguía haciéndole la comida a él, salían a pasear juntos y ella le acompañaba al médico”.
Otras relacionesUna tarde, Mercedes quedó por primera vez con un amigo de Madrid al que había conocido por Internet. Esa noche envió un mensaje de móvil a Hugo avisándole de que llegaba tarde a casa. Después, él la llamó por teléfono y le preguntó por una de sus hijas. Mercedes no sabía nada de ella y Hugo se lo reprochó.



Tres días más tarde, el 1 de marzo de 2006, la mujer llegó a casa a las doce y media de la noche, poco antes de que apareciera Hugo, quien “la encontró en pijama y preparada para acostarse”. Discutieron sobre la charla telefónica y Hugo terminó clavando un cuchillo en el cuello a Mercedes, causándole una herida profunda que le provocó la muerte. Al día siguiente, Hugo acudió a su trabajo para conseguir un par de cuchillos y una sierra manual. Llevó el cadáver de su ex mujer al patio interior de la casa y lo descuartizó, para repartirlo en diferentes bolsas. “Metió la cabeza, los brazos y las piernas en una bolsa y el tronco en otra”.



A continuación, recogió todas las cosas de Mercedes, para fingir que ella se había marchado de forma voluntaria del domicilio, y limpió el patio y el resto de la casa a conciencia, para eliminar huellas.Ya de madrugada, Hugo cargó el cadáver descuartizado en el coche y lo tiró al río. Tras hacerlo, habló con sus hijos y les informó de que su madre había salido “a hacer unas gestiones y no había vuelto”. Junto a ellos, puso una denuncia por la desaparición de Mercedes.
Sus hijos le pidieron a Hugo que no tocara nada de la casa, por si la Policía podía buscar pruebas para encontrar a la madre. En una visita, vieron que su padre había limpiado toda la casa. Al poco, los agentes encargados de la investigación también comenzaron a tener sospechas. Estas se fueron confirmando a medida que el río Pisuerga comenzó a devolver partes de un cuerpo desmembrado. Los análisis confirmaron que los restos pertenecían al cuerpo de Mercedes.El jurado no consideró demostrada la alevosía. El asesino fue condenado por homicidio a 15 años de cárcel.


Luisa, 37 años"Si no eres mía, no serás para nadie"A pesar de que él se mostraba controlador y violento, nunca hubo denuncias. El agresor tenía antecentes por maltrato a una pareja anterior.


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