MI CUERPO NO ES UN CAMPO DE BATALLA ...

A los 69 días de Resistencia en Honduras, repudiamos al régimen de facto y condenamos la violación sexual a mujeres como estrategia de guerra, tortura y ocupación territorial perpetrada por la oligarquía golpista de Micheletti a través de policías, militares y aparatos clandestinos de terror.

Condenamos la violación sexual como acto de tortura donde el cuerpo de las mujeres se convierte en campo de batalla. Responsabilizamos a las fuerzas represivas de los golpistas y a los aparatos clandestinos, por incurrir en este tipo de tortura, durante represiones masivas, redadas, hostigamiento, detenciones ilegales, así como otros tipos de tortura, los cuales suman graves violaciones a los derechos humanos.

La violación sexual, sodomización y golpiza contra la compañera Irma Villanueva por parte de cuatro policías, la agresión sexual y verbal contra Sor Reyna del Carmen Rodríguez por parte de las fuerzas represivas, sumadas al ataque contra Alba Leticia Ochoa, fuertemente golpeada durante una manifestación pacífica y el desalojo violento de las compañeras feministas, indígenas y campesinas que pacíficamente tomaron el Instituto Nacional de la Mujer, INAM, evidencian misoginia y repudio hacia las mujeres por parte del régimen de facto.

Muchas mujeres son las que han sentado precedentes al denunciar públicamente la tortura sexual que ha pasado por sus cuerpos, sumado a diez y nueve testimonios recabados por el Observatorio Feminista contra la Violencia contra las Mujeres, lo cual nos da indicios que centenares de mujeres hondureñas han vivido acoso y tortura sexual por parte de las fuerzas represivas desde el golpe de estado; pero que por miedo a represalias y por falta de credibilidad en las autoridades, muchas sobrevivientes no se han atrevido a denunciar públicamente a los violadores.

A medida que la participación de las mujeres en la Resistencia aumenta, la represión por parte de las fuerzas militares, policíacas los cuerpos clandestinos contra ellas incrementa como una forma de control de su participación y para truncar su actuar político.
En un principio cuando las mujeres eran detenidas por las fuerzas represivas, no se les agredía pero ahora son capturadas, golpeadas, manoseadas y violadas sexualmente.

Esta es una muestra de la crueldad y cizaña con la cual actúan las fuerzas represivas contra las mujeres.
La violencia ejercida contra los cuerpos de mujeres y hombres, tiene diferentes significados ya que, en las mujeres la violencia sexual es una de las expresiones máximas del patriarcado donde el cuerpo de las mujeres se vuelve campo de batalla y botín de guerra.

Cuando un Estado recurre a la violencia sexual contra las mujeres, se utiliza este acto de tortura para destruir la dignidad y la fuerza de las mujeres.
Y como arma para someter el actuar colectivo de la población y de esta manera desarticular la lucha de la Resistencia.

Por lo tanto decimos:
¡NO MÁS GOLPES DE ESTADO!
¡NO MÁS GOLPES CONTRA LAS MUJERES!
¡LA VIOLACIÓN SEXUAL A MUJERES ES UN CRIMEN CONDENABLE!
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