Te pueden azotar según las leyes del país.
Es el caso de la joven de 32 años Kartika Sari Dewi Shukarno, que ha sido condenada el pasado 20 de julio por el Tribunal Superior de la Ley Islámica a recibir seis golpes de vara por haber consumido alcohol. Amnistía Internacional lanza una ciberacción para pedir a las autoridades malasias que suspendan la flagelación impuesta a Kartika Sari Dewi Shukarno, y que aprovechen esta oportunidad para abolir éste y cualquier otro castigo corporal incluido en su legislación.
Según el departamento de prisiones del país, más de 35.000 personas han sido sometidas a esta forma de castigo desde la reforma de la Ley de Inmigración, en 2002, que establece penas de hasta seis azotes con vara y cinco años de prisión a los extranjeros y extranjeras que se encuentren ilegalmente en Malasia, actualmente el país del sureste asiàtico que más inmigrantes laborales recibe.
Desde entonces, 47.914 personas inmigrantes han sido condenadas.
La flagelación se emplea como pena complementaria en el caso de al menos 40 delitos, sobre todo para trabajadores y trabajadoras que han sido declarados culpables de entrar ilegalmente en el país. Según Amnistía Internacional, también están expuestos al castigo trabajadores legalizados sin pasaporte, solicitantes de asilo o personas refugiadas. Además, cualquier persona que emplee a más de cinco trabajadores indocumentados también pueden ser condenadas a ser azotadas y a cumplir hasta cinco años de prisión.
Ciberactúa para poner fin a la flagelación en Malasia
Casi 50.000 personas han sido condenadas a castigos corporales desde que la ley de Inmigración, aprobada en el 2002, impuso la flagelación para las personas indocumentadas. Amnistía Internacional pide su reforma inmediata.
Fuente:
http://www.canalsolidario.org/
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