Un concesionario para mujeres en Arabia Saudí


A simple vista, la iniciativa tiene poco sentido. En un país donde las mujeres no conducen porque la ley se lo impide, el reino de Arabia Saudí, el concesionario de Jaguar y Land Rover acaba de inaugurar una sala de exposiciones exclusivamente femenina donde las saudíes pueden inspeccionar y comprar -aunque no probar- los últimos modelos de sus marcas. Y parece que está teniendo éxito.

Lo cuenta el diario emiratí The National en su edición del martes, donde se explica que la idea fue gestada hace dos años por el director general de Al Saif Motors, Alan Whaley, responsable de la única empresa que importa ambas marcas de automóviles al reino wahabí. "Comenzamos a escuchar (a nuestros clientes) y llegamos a la conclusión de que el típico comprador de Jaguar tiende a ser una mujer o alguien influido de una forma u otra por una mujer", explicaba Whaley en declaraciones al citado rotativo. "Y pensamos, ¿por qué no ponerlos a disposición de las compradoras?"

Así surgió la idea de crear un escaparate sólo para mujeres sobre la sala de exposiciones de Al Saif Motors situada en pleno centro de Riad, administrada por dos agentes de ventas femeninos y a la que sólo se puede acceder desde una escalera lateral reservada para mujeres que sólo puede ser abierta desde el interior. Un ascensor hidráulico de considerables dimensiones transporta desde la planta principal el modelo requerido por la potencial compradora para que ésta pueda inspeccionar con total libertad el vehículo sin necesidad de tratar con hombres, de forma que las autoridades no puedan reprocharle "estar creando una situación pecaminosa", el argumento de los clérigos a la hora de prohibir a las saudíes conducir.

Se trata de medidas expresamente concebidas para evitar problemas con la Policía de la Moral saudí. En los edictos promulgados por los ulemas saudíes contrarios a la presencia de mujeres al volante, la prohibición se explica por la eventualidad de que una conductora sea parada por un policía o sufra una avería que le obligue a interactuar con un mecánico, algo impensable en un país donde la segregación sexual se impone a todas las escalas.

La gran contradicción denunciada por las pocas mujeres que lanzan iniciativas públicas para desafiar esta prohibición es que eso les obliga a ser transportadas por chóferes masculinos, muchas veces unos completos desconocidos, a todas horas del día. Es decir, se ven forzadas a compartir el espacio del vehículo con hombres gracias a las leyes creadas para evitar, precisamente, ese escenario.

Pero eso no implica que no conduzcan. En las ciudades saudíes es difícil ver a las mujeres a los mandos del coche, pero no así en las zonas rurales, a salvo de los estrictos controles de la policía de la moral. En cuanto a la licencia, muchas saudíes -las más potentadas- disponen de carnés en regla que han sido expedidos en otros países, inservibles cuando regresan al reino wahabí.

De ahí el interés de estas féminas por comprar coches. Según el responsable de Al Saif Motors, las compradoras se dividen en dos categorías: "las reales", en referencia a las mujeres que pertenecen a la Casa Saud -la dinastía saudí que cuenta nada menos que con 7.000 miembros- y que tienen "mucho que decir en cuanto a qué compra la familia", según Whaley, y las "empresarias poderosas, que toman sus propias decisiones sobre qué vehículo comprar y cada vez son más numerosas".

Hasta ahora, las saudíes de estas dos categorías tenían otra forma de elegir sus coches: pedir al concesionario que les enviara los modelos más apreciados a domicilio para examinarlos y decidirse en casa -o en palacio- sobre qué modelo adquirir, posiblemente con la esperanza de poder conducirlos personalmente algún día.

A los movimientos femeninos que reivindican abolir la prohibición que afecta a las mujeres sobre la conducción, impulsada por los clérigos más radicales, se han unido las voces de destacados miembros de la familia real en este sentido. Pero, lo que es más importante, el debate está comenzando a aparecer, si bien de forma ocasional, en la prensa saudí. En un reciente editorial, el semanario Saudi Gazzete se interrogaba sobre la contradicción que implica el hecho de que las mujeres estén accediendo a los círculos profesionales pero se mantenga la restricción de tocar un volante. "¿Dónde está la lógica de abrir los lugares de trabajo a mujeres preparadas y altamente educadas pero impedirles conducir? Si vamos a servirnos de su enorme capital, debemos darles libertad de movimiento y eso implica el derecho a conducir".

También la pasada semana, el diario progubernamental Al Watan publicaba una columna de opinión en la que su autor apostaba sin ambages no sólo por levantar la restricción, sino por ir más allá "exigiendo que se les concedan sus derechos financieros (...) para tener suficiente dinero para adquirir un coche. ¿No deberíamos dudar de las intenciones de aquéllos que apoyan a las mujeres sólo pidiendo que las dejen conducir y no exigiendo que se les concedan otros (derechos) básicos?"

Estos llamamientos de la prensa se suman a las declaraciones de algunos religiosos saudíes como Abdula al Mutlaq, profesor de Jurisprudencia Islámica y juez retirado, quien en el periódico saudí Okaz incidía en que nada en la Sharia (ley islámica) permite deducir que las mujeres no puedan conducir, sino que se trata de una cuestión tradicional.
"Las costumbres de nuestra sociedad no pueden gobernar sobre nosotros de forma absoluta", reflexionaba. De la misma opinión es el pensador islamista y antiguo ministro de Información saudí Mohamed Abdo Yamani, quien en una entrevista concedida a Al Watan pedía a las autoridades que permitan a las féminas conducir por su propia seguridad.
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1 comentario:

AnuskA dijo...

Espero que pueda cambiarse poco a poco la situación de la mujer allí, aunque lo veo muy dificil, creo que esto les va a hacer ganar más apoyos, y espero que con el tiempo sea algo normal ver a una mujer al volante (no entiendo que tiene de pecaminoso, la verdad).

Lo que no entiendo, es otra noticia, es porque quieren eliminar la marca Subaru del mercado saudi.

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