Las leyes de Pakistán protegen a los maltratadores y condenan a las víctimas por el mero hecho de ser mujeres.
Si una esposa ofende en público a su marido, éste puede asesinarla para restaurar su honor.
Si un hombre arroja ácido a su esposa puede alegar que ha sido un accidente doméstico.
Muchas mujeres que han sido violadas se suicidan para evitar la deshonra a sus familias.
Los crímenes de honor permiten que un marido mancillado mutile, viole o asesine a su esposa.
En pleno siglo XXI, las tradiciones y la sociedad juegan un papel fundamental en Pakistán. Una mujer que se queda viuda y con varios hijos no tiene derecho a rehacer su vida, ya que se la señalará con el dedo y se le dará de lado. En cambio, el hombre no sólo puede rehacer su vida en caso de que su esposa fallezca, sino que está en pleno derecho de hacerlo y la sociedad le incitará a ello.
El fundamentalismo religioso también ha influido y tiene parte de culpa. Una parte de la población paquistaní sigue con devota obediencia los designios de los mulás y los talibanes. En las zonas tribales de Pakistán sigue siendo normal que los padres casen a sus hijas de 11 ó 12 años, con hombres sexagenarios o incluso mayores. Se las somete desde temprana edad y se les inculca el respeto por los hombres para que se conviertan en esposas perfectas y dignas de su marido. Las niñas y mujeres también se utilizan como moneda de cambio. Un hombre puede dar a su nieta a otro varón para saldar una deuda que ha contraído.
http://www.publico.es/xalok/185134/tradiciones/letales
(Foto:www.agenda-upifc.org )
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