El brutal impacto de género de una reforma extremadamente agresiva

La igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres ha sido brutalmente dañada por los despropósitos de los gobiernos. Desde el año pasado, la crisis ha servido de excusa para enlentecer el avance de la igualdad: en 2010 se sacrificó el Ministerio de Igualdad, la paridad en el Gobierno, el compromiso de ampliación del permiso de paternidad a cuatro semanas, se ha recortado la aplicación de la ley de la dependencia, etc.




Estrenamos año con un paquete de medidas que afectan profundamente a la igualdad, enfatizando la discriminación de las mujeres en lo social y en lo laboral. La congelación del salario mínimo interprofesional afecta en gran proporción a las mujeres, ya que un 15’5% ganan menos del equivalente al salario mínimo, frente al 5’6% de los varones, siendo el SMI el indicador referente en sectores tan feminizados como el de empleadas del hogar.



La reforma del IRPF recae principalmente sobre los trabajadores de menores ingresos y la escasa actualización de las pensiones mínimas deja fuera la mayoría de pensiones de viudedad donde la mayoría también son mujeres. La paralización de la ampliación del permiso de paternidad y del calendario de aplicación de la dependencia aumentan la carga de tareas del cuidado. El establecimiento de una tasa de reposición 0 de las plantillas en el empleo público también afecta especialmente a las mujeres, aumentando su discriminación en el ámbito laboral.



El impacto de género de la reforma laboral es "extremadamente agresivo". Porque permitir que se realicen horas extraordinarias en contratos a tiempo parcial va a afectar con gran diferencia a las mujeres, que son la abrumadora mayoría en esta modalidad contractual. Una "elección" que en numerosas ocasiones responde a motivos de conciliación. El debilitamiento de la negociación colectiva resulta especialmente dañino, ya que es en este espacio donde se lograban la mayor parte de avances en cuestiones de igualdad: medidas específicas como restringir brutalmente la reducción de jornada o someter a criterio del empresariado la concreción horaria debilitará todavía más la conciliación de la vida laboral, personal y familiar, cuyas protagonistas todavía son mujeres.

(...)


En conclusión, el actual Gobierno, lejos de establecer medidas capaces de crear empleo y de reconducir una recesión económica, que bien podríamos llamar estafa, lo que está persiguiendo es debilitar en grado sumo a la clase trabajadora. Y lo está haciendo a conciencia, por mucho que intente disfrazar recortes de derechos laborales evidentes, que dan más poder al empresariado y frenan los avances en igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres.

(...)

http://www.amecopress.net/

No hay comentarios:

Seguidores